5 de Septiembre 2005

Egoblogs

Tengo un problema. Y serio. Verán ustedes, llevo todo la tarde buscando la expresión apropiada para describir la opinión que tengo de la inmensa mayoría de los blogs que pululan por esta parte del universo blogueril y galaxias adyacentes, pero no la encuentro....las palabras que considero más adecuadas no son apropiadas para el horario infantil, y por aquí hay mucho individuo suelto con edad mental para enamorarse del teletubbie amarillo. Quizás debería dejar a un lado cuestiones estilísticas y mencionar esas dos palabras tan conocidas por todos, esas que hacen referencia a la profesión más antigua del mundo (aunque eso es un hecho discutible) y a los efluvios sólidos del reino animal...no sé si me van entendiendo...

Y es que uno echa un vistazo a lo que se encuentra por ahí y le dan ganas de cortar unas cuantas cabezas y echarse al monte, o bien dedicarse a vender diccionarios por las casas de los moradores de estos chiringuitos. Supongo que habrá quien opine que para carácter fecal, el blog de quien suscribe; y les alabo el gusto, oigan....pero al menos yo soy consciente de que Kaos no es más que una extensión gramatical del w.c. de mi casa, mientras que si necesidad de salir de la propia Zonalibre das una patada y te encuentras “artistas incomprendidos” como para rellenar 453 programas de “Metrópolis”. No voy a ser yo precisamente quien cure de su ceguera mental a todos esos creadores de ridículos egoblogs sin sentido (no pretendo hacerlo), pero sí que me gustaría dedicarle unas palabritas a tanto iluminado que se empeña en contarnos su vida, obra y milagros sin la menor compasión. Vayamos por puntos:

1) Tú, egoblogero coñazo: me importa un excremento de león marino si esta mañana te ha afeitado, rasurado el chichi o tu mejor amigo se ha comprado en la Fnac el disco de Maria Isabel...tu vida es miseria, como la de todos, y no la hace más interesante el hecho de que describas cada segundo de tu existencia con pelos y señales.
2) Por mucho que te hagas una plantilla con Movable Type o como se llame y llenes el egoblog de colorines, seguirá siendo lo que era en un principio: basura.
3) Aunque tengas montones de visitas de amiguitos insoportables, eso no quiere decir que el egoblog sea interesante; más bien, tan sólo es indicativo de que tus acólitos son tan sumamente aburridos como tu.
4) Cuanto te sientas sumamente inspirado para dejar uno de esos comentarios tipo “!Ohhhhhh, que bonito!” en los blogs medianamente interesantes, piensa en que lo mejor que podías hacer es dedicar tu vida a criar ganado porcino en las montañas del Tibet, donde no encuentres un ordenador a millones de kilómetros a la redonda. Con un poco de suerte, te extingues y no te encuentran congelado hasta la próxima glaciación.
5) Si se te ocurre el clásico post de “Hasta siempre” en el que amenazas con abandonar el egoblog con el propósito de que todos te alaben, te digan que te quieren mucho y tener unas cuantas visitas más en tu contador de esos que se ven desde Marte, hazlo de verdad. Lárgate, y harás algo bien por la sociedad.

Arf, qué a gustito me he quedado. Esto merece una cerveza. A vuestra salud, egoblogeros del mundo. Sin acritud.

<__trans phrase="Posted by"> skeletor <__trans phrase="at"> 8:50 PM | <__trans phrase="Comments"> (2)