Su pelo puede pesar más de 10 kilos, está mezclado con una masa con barro y le llega a la altura de la cintura. Su rostro está quemado por el sol. Lleva años viviendo bajo un algarrobo y sólo se refugia en alguna vivienda abandonada cuando llueve. Sobre él no pesa ninguna orden de busca ni requisitoria policial ni judicial». Según la descripción que aporta la Comisaría de la Policía Nacional de Torre del Mar, Matías es ciudadano europeo, suizo de nacimiento, y huye de cualquier contacto humano. Actualmente tiene 39 años, su aspecto físico es el de un hombre fuerte y su salud aparentemente buena. No pide ni trabaja y pasa el día y la noche de manera contemplativa, tendido a la sombra de un viejo algarrobo, rodeado de retamas, matorrales y miles de plantas de lavanda silvestres.
«Hace dos años que lo vi por primera vez. Antes sólo me habían hablado de él», explica Juan, vecino del pago de Los Jarales, a medio camino de Valle-Niza y Almayate, en el municipio de Vélez-Málaga. El pequeño valle por el que se mueve Matías es uno de los pocos lugares vírgenes que quedan en la Costa del Sol. En la zona occidental limita con los restos de la antigua cantera de la catedral, y en la oriental, con algunos invernaderos y explotaciones agrícolas.
Estos son los dominios de Matías, que para la mayoría no es un mendigo, porque no pide. Tampoco es uno de ellos, pero se ha convertido en parte del lugar. «Sabemos que está, aunque no lo veamos en días. A veces he intentado acercarme para saber quién es y de qué vive, pero en cuanto ve a alguien se aleja y desaparece, para volver nuevamente a su árbol», dice Juan.
No tiene mascotas, ni ninguna otra compañía. Aparece y desaparece. «Los vecinos nos decían que llevaban meses viendo a alguien, pero que cuando se sentía observado, desaparecía. Que oían a los perros ladrar por las noches y que a veces tenían la sensación de que desaparecían algunas cosas, frutas, ropa e incluso comida que se quedaba fuera de los cortijos», confirma la policía.
Historia
Según el jefe de la Comisaría de Vélez-Málaga, Javier Cámara, un cabrero le contó hace sólo unas semanas la historia a un Policía de proximidad en Almayate. «Tras varias visitas a la zona, el policía pudo verlo en una ocasión. Sólo queríamos identificarlo y saber por qué razón se escondía o simplemente necesitaba algún tipo de atención».
Pero el pasado 14 de enero, un grupo de seis policías lograron dar con él para indentificarlo. «Se mostró huidizo. De hecho, antes de que pudiera ser detenido, corrió campo a través más de cinco kilómetros. Finalmente no opuso resistencia, aunque se mostró poco hablador». Matías rechazó entonces el alimento que se le ofreció e incluso el agua. «Pensamos que está acostumbrado a comer únicamente frutas y verduras crudas, que fue lo poco que encontramos junto al árbol», señala Cámara. La Policía logró finalmente identificarlo y comprobar que nunca había sido denunciado ni detenido, por lo que fue trasladado al albergue municipal de Málaga y su caso fue puesto en conocimiento de Asuntos Sociales.
Regreso
Sin embargo, Matías no se ha quedado en la ciudad, ha regresado esta semana a su árbol, en el pequeño valle de Los Jarales, a un tiro de piedra de la playa y lejos del mundanal ruido. Ha recuperado la forma de vida que parece haber elegido. «Una vez que estaba lloviendo le vi entrar en una casa abandonada y aproveché para ver quién era. Habla italiano», dice Francisco, otro vecino de la zona que se ha encontrado con esta especie Robinson del siglo XXI que ha elegido para vivir la zona oriental de la provincia.
NOTA: Noticia publicada en el diario local "Sur" en el día de hoy. El sabio Matías es el de la fotografía.
-Levantarme en cuanto suene el despertador, al son del “Quinto, levanta”
-Desayunar unas 15 rebanadas menos de pan con aceite
-Decirle buenos días a mi santa progenitora, en lugar de obsequiarle con el rugido habitual
-Coger el ascensor antes de que me lo quite el vecino del décimo, el que se despide de su señora con un beso de 10 minutos con la puerta del ascensor abierta.
-Pisar la calle con el pie derecho, por si las moscas
-Acordarme de mirar al suelo, ante posibles riesgos en forma de mierda perruna
-Saludar a mis compañeros correctamente, en vez de con el “otro maravilloso día en el paraíso” de costumbre
-Ordenar los papeles de mi mesa de trabajo de una puta vez; de no ser posible, esconderlos en algún lugar remoto.
-Provocar una avería en la centralita telefónica.
-Dedicar mi jornada laboral a aquello que era urgente hace 6 meses; eso si, sin agobiar...
-Salir por una jodida vez a las tres en punto.
-No repetir con el plato de potaje. No comerme el postre de mi hermana.
-Inmunizarme contra los gritos hipo-huracanados de mi sobrino el heavy-metálico.
-Dormir una siesta de 234 horas.
-Acordarme de hinchar la muñeca para mi cita nocturna. .
-Practicar el tiro al Urdaci.
-Volver a leer este post, a ver si con suerte he pasado del cero comentarios.
-Hablar con alguien que sabe quien es. Rodearle con mis brazos.
-Descubrir con quién me la pega la muñeca.
-Hacer propósitos para el día siguiente, a ser posible realizables.
It's such a sad old feeling
the fields are soft and green
it's memories that I'm stealing
but you're innocent when you dream
when you dream
you're innocent when you dream
Cansado de llamar a puertas sin timbre
De marcar números equivocados
Hastiado de conversaciones que no han existido
De mirar por agujeros sellados
Harto de perseguir sombras en la noche
De que las sombras me persigan
Cansado de viajar por carreteras solitarias
Tan cansado de estar cansado...
Como han podido comprobar, mi entrañables freakies, Kaos lleva un tiempo sin ser actualizado; no, no crean que han tenido la suerte de que me deporten a Burkina Faso, no... simplemente, y como ocurre en muchos otros instantes de mi vida, no tengo absolutamente nada que contar; en realidad, nunca tengo nada que decir que resulte interesante, pero esta vez es como si me hubiesen succionado el cerebro con una pajita....encefalograma plano.
Mientras llega el momento de volver a amargarles la existencia con nuevas tonterías, intentaré recuperar mi tono vital a base de los electroshocks de la Srta. Cvalda y los potajes de garbanzos de mi abuela...para hacer más llevadera la dolorosa espera, aprovecho este post para responder a algunas de las preguntas que me han efectuado en estos días y que atormentan sus vidas:
-A los Sres. de Dummy: No sé si podré ir a vuestra boda, pero espero pasarme para cuando lleguen los cuatrillizos.
-A la Srta. Vainilla: No, no tengo ni la menor idea de los bares de guardia de Madrid y 300 kilómetros a la redonda. Tampoco de las farmacias.
-Al Sr. S: No creo que el Fary dé más rendimiento como central, a no ser que le ponga a cubrir en los córners a Pozi.
-A la Srta. Cantara: Barney es un personaje de los Simpson inspirado en mi persona, y sin cobrar derechos de imagen, por cierto.
-A la Srta. Cvalda: Por mucho que me amenace con quitarme la habitación con vistas a la piscina nudista, no voy a regalarle mis discos de Tom Waits.
-A la Srta. Balantains: Vuesa merced debería ser más cuidadosa a la hora de beber...mira que darle a la cola light...
-Al Sr. Pájaro Belga: Yo de usted abandonaba este tenebroso lugar lo antes posible.
Y al resto de mis sufridos lectores, recordarles que en cualquier momento el Kaos se apoderará nuevamente de sus vidas.
Saludos.
Queridos Reyes Magos:
Os espero...
Como corresponde a un individuo serio, maduro y responsable, creo en todo tipo de supersticiones; las meigas, haberlas hailas, y por si acaso, es mejor tomar las oportunas precauciones...así que en la noche de ayer, como todos los años, llevé a cabo el ritual adecuado por la ocasión, siguiendo las enseñanzas de maestros consagrados como Rappel, Paco Porras, etc. No hay que dejar nada al azar: me comí las doce uvas de rigor, las lentejas, metí un billete en mi zapato derecho y me puse un taparrabos de color rojo, amén de cruzar los dedos de las manos, pies y tirar mi copa hacia atrás después de beberla (intenté acertarle al chucho de Doña Pepita, pero no hubo suerte)...tras la consiguiente e inevitable ingestión de fluidos etílicos, me acosté con la satisfacción del deber cumplido una Nochevieja más.
Esta mañana, me puse mis mejores galas para un día tan especial: ataviado con mi chándal de segunda mano y mi camiseta de propaganda, encaminé mis pasos hacia la calle, dispuesto a cumplir la última fase del ritual...es algo de mi cosecha, una especie de manía, consistente en fijarme en la primera persona que se cruce en mi camino: si se trata de un morena de ojos de caramelo y cintura de ensueño, es que el año que comienza me deparará todo tipo de parabienes...así que rezando para que a esas horas no se le ocurriera a Doña Pepita bajar al bicho a pasear, crucé el umbral de la puerta en busca de mi destino...
Mala suerte; el primer espécimen del género humano que me encuentro, tras sortear todo tipo de restos de basura y vómitos diversos, es un varón de mediana edad...¿para que cojones quiero yo un varón de mediana edad? de la morena de ojos de caramelo, ni rastro...además, el tipo tiene una pinta de colgado de la vida que espanta;.mira que salir a pasear a estas horas.... a quién se le ocurre...de repente, se vuelve hacia mí, y me dirige unas palabras con profundos significados ocultos:
-Buenos días.
-Buenos días, le respondo educadamente (propósito de enmienda del nuevo año: no eructar en presencia de desconocidos). El extraño saca del bolsillo de su chaqueta una especie de folleto, me lo entrega como si fuese un tesoro de incalculable valor, y pronuncia las palabras mágicas:
-¿Sabe usted que en el 2004 llegará el fin del mundo?
Acojonado quedo; tanta uva, tanto taparrabo rojo, y llega el hijo puta este a joderme el plan...le miro a los ojos con cara de proporcionarle un pasaporte rápido hacia la eternidad, y rompo en trocitos su deprimente panfleto.
-Vamos a dejarlo para otro año, ¿quiere?
No fueron necesarias más palabras...tras el breve encuentro, cada uno de los chiflados siguió su solitario camino en busca de la siguiente víctima.