Hum...me pregunto qué demonios hago ahora mismo delante del ordenador; podría estar bailando la conga en una fiesta de pijos, asomándome a escotes de pago en bares de alterne o comprando compulsivamente artículos inservibles de Teletienda, pero no: en lugar de ocuparme en quehaceres tan placenteros, no se me ocurre otra cosa que pasar el rato contemplando con ojos cansados una fría pantalla con un montón de símbolos e iconos de los que desconozco su utilidad. Qué divertido.
En noches como esta, en las que escribir unas pocas líneas me supone algo así como subir al Everest sin oxígeno con Wagner de fondo, prefiero ceder papel y lápiz a quien sepa expresar infinitamente mejor que yo lo que mi corazón grita y mi mente se niega a escuchar...hace frío, y mis ideas están heladas, así que con el permiso de todos ustedes me voy a la cama; les dejo a media luz con un poema de Oliverio Girondo, incluido en su libro “Veinte poemas para ser leídos en el tranvía”. Hace tiempo que yo perdí el último.
Buenas noches.
“Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más
solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote
hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los
patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las
mentiras, y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se asfixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles
para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a
veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas,
tienen algo de siniestro y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el
lomo, y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura
comparable a la de acariciar algo que duerme.”
El que esto suscribe es un individuo sujeto a todo tipo de paranoias y fijaciones; nada particular, porque ese es el estado habitual del personal por estos lares blogeros, y seguro que tu mismo, lector, escondes secretos inconfesables que harían las delicias de cualquier psiquiatra de tres al cuarto...una de mis neuras tiene que ver con cierto nombre de mujer de carácter capicúa, nombre cuya simple audición provoca en mi convulsiones múltiples, expulsión de fluidos verdosos y giros craneales de 360 grados. Gracias al Averno, tengo la suerte de que nadie del sexo femenino se deja caer por aquí (salvo cuatro insensatas que aun se fían de mi, y a las que recomiendo encarecidamente huyan despavoridas lo antes posible), porque este es un post fundamentalmente misógino dedicado, con toda mi mala leche concentrada, a las Anas de este mundo.
Dirán ustedes...¿y que le han hecho a este pirado las Anas? nada especial: simplemente, existir...¿acaso no tengo el derecho de odiar a quien me apetezca? ¿no pago mis impuestos? Pues eso; no tengo porqué dar explicaciones de las razones que me llevan a desear el exterminio de estos seres; si, ya se que se supone que esto es un jodido blog en el que debo contar mi miserable existencia, pero no me sale de la bolsa escrotal hacerlo...tan sólo comentar que mi retorcida mente vibra de emoción cuando se imagina a las susodichas siendo guillotinadas al amanecer, o aplastadas por un piano Steinway caído de un decimoséptimo piso.
He dicho.
Decidido. De hoy no pasa; tras largos años escribiendo tonterías, ha llegado la hora de que por fin me convierta en un escritor serio, de prestigio internacional: No sé porqué he estado perdiendo el tiempo con chorradas campestres sobre discos que nadie ha escuchado ni escuchará jamás, de los que ni yo mismo sé si verdaderamente existen o si me los he imaginado para engatusar al personal....a partir de ahora, sólo pienso emplear mi talento en textos que realmente sean dignos de su autor, que puedan formar parte del majestuoso legado que tengo la intención de dejar a las generaciones venideras... aunque bien es verdad que pienso retirarme pronto, una vez haya conseguido un par de Premios Nobel y cuatro o cinco Planetas.
Para comenzar esta nueva etapa, debo encontrar un tema que me permita demostrar a las masas que no están tratando con un mindundi cualquiera...debe tratarse de alguna materia cuya comprensión sólo esté al alcance de las mentes más privilegiadas, de una cuestión que trascienda los límites del conocimiento humano, de la revelación de una nueva forma de entender el mundo que nos rodea....pero...¿cuál puede ser esa idea arrebatadora que sea la sensación de la temporada, y suponga mi consagración definitiva en el Olimpo de las Letras? ¿quizás debería versar mi primer y premiado escrito acerca de las tribulaciones del alma humana en su proceso de integración cognitiva? ¿acaso el tema a tratar sería la yuxtaposición de las bases concatenadas como un todo ergonómico? ¿o sería más conveniente dedicar mis esfuerzos intelectuales a la búsqueda de la verdad acerca de a la tormentosa relación entre Norma Duval y Fernando Esteso? No sé...es un proceso delicado, y debo elegir convenientemente para no defraudar a mi infinidad de lectores.
Me lo pensaré mientras me tomo el noveno Jack Daniel´s... ¿O este es el décimo?
Madrugada.
Oscuridad.
Largos silencios quebrados por unas notas de piano de Satie; silencios insoportables que profundizan en mi nostalgia, regalándome los oídos con el vacío. La fría soledad se presenta de nuevo sin previo aviso, acariciándome la espalda, dispuesta a acompañarme hasta el amanecer.
No tengo nada, salvo palabras y silencios.
Nunca he sido precisamente el vecino ejemplar; en las reuniones de comunidad, en esas en las que se debate el futuro de la Humanidad y el cambio de la solería del portal cada dos por tres, un servidor brilla por su ausencia...para mi los vecinos tan sólo son una serie de extraños seres que tienes la desgracia de encontrarte en el ascensor, que te preguntan todo tipo de cosas irrelevantes justo cuando ya no puedes aguantar las ganas de ir al baño...pero de entre todos esos especimenes especialmente diseñados para arruinar mi existencia, uno destaca por encima de todos: la sin par Doña Pepita.
Doña Pepita hace tiempo que alcanzó el estado menopáusico; es lo de esperar con un nombre como ese (me pregunto como llamarán de ancianas a las actuales Jennifer de los Dolores o Vannesa del Carmen). Vive sola, acompañada únicamente por sus recuerdos y un perro de esos cuya presencia despierta tus peores instintos; la pobre se aburre, sin nada que hacer más que pasear al puto chucho y pegar el oído a los tabiques a la caza y captura de chismes con los que deleitar a las cotorras del vecindario. A veces, en los días en los que le visita la líbido, enchufa su viejo radiocasette y te martiriza con coplas insufribles sobre amores sufridos...por no hablar de sus dotes adivinatorias para llamar a tu puerta justo cuando se produce un gol de tu equipo preferido; ¿qué ese día televisan el partido del siglo? Doña Pepita necesitará urgentemente una ramita de perejil. Ella es así, entrañable....
Esta mañana, cuando volvía de mi sesión de taichi playero, tuve la enorme suerte de encontrarme con Doña Pepita en el portal; el terror se apoderó de mi al instante, porque de nuevo tomaban vida mis peores pesadillas: Doña Pepita, el odioso perro y una necesidad imperiosa de evacuar la vejiga coincidían en el espacio tiempo. En esas situaciones, el sexto sentido de la señora funciona a la perfección: según su calendario gregoriano, es el momento oportuno de formularle a su querido vecino toda aquellas cuestiones que por lo menos hace una semana que no pregunta...
-Buenos días, Agustinito
-Buenos días, Doña Pepita.
-Que mal tiempo hace, ¿verdad?
-Sí, está el día un poco nublado.
-Que...de dar una vuelta, ¿no?
(tentado estoy de zanjar la conversación, y decirle que vengo de descuartizar viejas y mandarlas por fascículos al programa de la Campos, pero mi señora madre no me lo permitiría)
-Sí, de estirar un poco la piernas...
(el puto chucho se percata de mi presencia, y empieza a mirarme con cara de mala leche)
-Huy, eso de hacer ejercicio es lo más sano del mundo...un chico joven y guapo como tu debe mantenerse en forma.
(glubs; Doña Pepita está en celo. Que Dios me ampare)
-Bueno, no tengo mucho tiempo, pero al menos lo intento.
-Es que eres muy buen partido...quien será la mujer que te eche el lazo...
( creo que la vieja cada vez está más cegata)
-Huy, quite, quite, que yo vivo muy bien así.
-Anda...que seguro que tienes muchas mujeres haciendo cola...
(no, por favor...va a hacer otra vez LA PREGUNTA, y yo con la vejiga a punto de explotar)
-¿Tienes novia, Agustinito?
-No.
(Doña Pepita sonríe, inmersa en no se qué pensamientos libidinosos....)
-En confianza....¿a ti te gustan los hombres?
(la duda existencial me corroe...¿qué le respondo? Si le digo que no, la semana que viene cuando llegue meándome salvajemente me efectuará de nuevo el interrogatorio; si le digo que sí, es posible que me libre de ella, pero mi ficticia salida del armario sería la comidilla de varias manzanas a la redonda...)
-A veces...
(Doña Pepita me mira fijamente y esboza una sonrisa picarona; hasta el inmundo bicho pareciera que se descojona de mi)
- Ya lo decía yo....(me guiña un ojo); pues mira, deberías fijarte en Manolito, el del 7º C: le gustan los chicos como a ti, es guapo y tiene un buen sueldo.
(No me lo puedo creer...!Doña Pepita haciendo de celestina, y con un tío! ¡Esto es peor de lo que imaginaba! He creado un monstruo...me imagino a la vieja favoreciendo encuentros casuales en el portal a la luz de las velas, llamando a la puerta a por su ración de perejil para la pócima de amor...oh, no, estoy horrorizado)
-Y el del 5º A también es maricón...¿sabías que su novio le dejó hace poco y se fue con otro? espera que te cuente...
(Esto es el fin...me a va contar el chisme en versión larga, el hijoputa del chucho está olisqueando demasiado...y encima a partir de hoy soy oficialmente bisexual: seguro que reparten octavillas con la noticia con mi foto impresa en el bar de la esquina)
-Y blah, blah, blah
(Doña Pepita seguía con su historia; tenía a su victima propicia, y los argumentos para seguir cotilleando miles y miles de horas...y en ese momento comprendí a los asesinos en serie, a los descuartizadores, a los violadores de monjas... me imaginaba compartiendo con ellos el resto de mi vida en el corredor de la muerte, feliz y satisfecho viendo mi foto en los periódicos con titulares como “Bisexual corta a vieja en trocitos y se le da a su perro” o “Practicante de taichi sodomiza y da muerte a anciana al son de la música de Ozzy Osbourne”....si...al fin podría descansar...que inmensa felicidad)
-Doña Pepita...
-¿Si?
-¿Usted sabe lo que es la lluvia dorada?.
Lo siento, pero hoy el día no da para más. Me siento como esta canción de Lapido, inacabado, y lo que es peor, mal construído. A todos aquellos que creyeron en mi y les fallé, les pido perdón por ser tan asquerosamente inútil.
Otro día de humo y barro
de mirada interior
y de deseos enjaulados.
Otro día solitario
al que no veo el final
el camino se hace demasiado largo.
Mira esa vela encendida bajo la lluvia
Oye mi tristeza: está haciéndose música.
Otro día que he luchado
con las armas del perdedor
y dejo este verso inacabado
inacabado.
Señoras y señores: importantes novedades en la vida amorosa de este personaje. No se lo van a creer, pero me han hablado; no sé si será eso que llaman sexo oral, pero yo estoy que no quepo en mi de gozo. Les transcribo la gloriosa conversación, que guardaré en mi corazón por los siglos de los siglos amén:
-Hola.
-Aparta, imbécil.
¿ No es conmovedor?
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas. (*)
(*) Poema del granadino Luis García Montero, incluído en su libro "Habitaciones
separadas"
No sé a ustedes, pero a mí esto de estar de vacaciones comienza a deprimirme; tantos meses deseando disponer de tiempo libre para poder perderlo, y cuando por fin los hados tienen a bien concederme tan preciado regalo, descubro con estupor que olvidé un pequeño detalle: en vacaciones puedes olvidarte de la cara de cabronazo de tu querido jefe, del dichoso vecino del quinto y su perro especialista en ladridos nocturnos, e incluso de tu novia (eso para mí es fácil) con la excusa de que te envían a un congreso mundial de empleados de banca con hemorroides en Honolulu...pero hay algo de lo que resulta imposible olvidarse, y mira que lo intentado: de mi mismo.
Al principio, pensé que con unos cuantos ejercicios de taichi y un par de meditaciones al día conseguiría evadirme por una buena temporada, pero no funcionó; al final, te mirabas al espejo y continuabas estando ahí, tan sólo que un poco más gilipollas y con un par de contracturas musculares de añadidura. Más tarde, tuve la feliz idea de convertirme en drag queen; yeah, yo por ahí con mi vestido de lentejuelas, con mis plumas, con el maquillaje fashion y las botas de plataforma...seguro que podría hacer el idiota a gusto...pero tampoco; siempre te encuentras por la calle a algún anormal que te reconoce, que te grita “¡Hey! ¿tu no eres el del banco? ¿qué haces así vestido? Ya sabía yo que eras un poco maricón... Oye, y ya que estamos aquí...¿para cuando tendré lista mi hipoteca?” y claro, ante eso todo el glamour se te viene abajo.
Pero no crean ustedes que me rendí, no...también intenté meterme en una caja de madera y mandarme a cobro revertido a cualquier lugar del mundo donde me admitieran, como el tipo ese de las noticias...pero tampoco; estaba yo tranquilamente en casa viendo la porno, cuando llamaron a la puerta: “Oiga, lo sentimos, pero aquí le devolvemos su paquete. No lo quieren ni en un bar de sodomitas” ... y ahí me tienen, abriendo la caja y encontrándome a mi mismo hecho unos zorros, aunque eso sí, al menos me sirvió para aprender a decir “!!al carajo con este tío!!” en varios idiomas.
Después de tantos fracasos, decidí que lo mejor sería abandonarme a la bebida; pero no en plan cutre, no, si no con clase, a lo Nicholas Cage en “Leaving Las Vegas”. Si señor, estaría bien eso de irme a un lugar donde los bares nunca cierran, y buscarme a mi Elisabeth Shue particular para degenerar un poco en compañía...pero que quieren que les diga; el presupuesto no dio para mucho, y terminé en el bar de la esquina tomando tintos de verano. De la Shue, ni rastro...tan sólo apareció un tipo que me decía que me hacía no se qué por diez euros, y aunque dadas las circunstancias resultaba tentador, decidí emplear mis últimos diez euros en un boleto de la primitiva y en un tetrabrik de Don Simón. Creo que no hará falta decirles que no me tocó ni el reintegro...
Desde este sillón en el que ahora me desparramo (me pregunto como pude comprar una cosa tan incómoda) espero impacientemente la vuelta al trabajo. No sé que hacer; ya me he leído las Páginas Amarillas, los presupuestos del Estado del período 1855-2003 y la apasionante biografía de Sofía Mazagatos....me limito a intentar mover los objetos con el pensamiento, y hasta ardo en deseos de que el perro del vecino ladre como todas las jodidas noches para cerciorarme de que no pertenezco al reino vegetal. Esto de las vacaciones es una tortura. Que alguien me socorra.
Hola.
(silencio)
Mi amiga María, la voz de mi conciencia cibernética, ha tenido a bien avisarme de que nuestros queridos anfitriones de Zona Libre pueden finiquitarte en un callejón oscuro de un tiro en la sien si no escribes nada en el plazo de un mes; conociéndome como me conozco, es decir, no conociéndome, sé que muy posiblemente el dichoso mes transcurra sin que tenga preparado ningún texto con el que “deleitar” a mis cero lectores. Visto el percal, esta tarde he decidido efectuar una llamada de socorro a las musas para que acudan en tropel en mi auxilio, pero me temo que debo de tener el número de teléfono equivocado; las musas deben andar de vacaciones y no contestan, como decía Serrat, o más bien pienso yo que directamente pasan de malgastar su valioso tiempo con personajillos de mi calaña... en fin, cada uno sirve para lo que sirve, y lo mío debe ser la cría de ladillas en cautividad.
En tanto alguien me pasa el número adecuado, dejo para hacer bulto un traducción de un poema de Bukowski; con un poco de suerte, aguanto por aquí un mes más. Lo siento.
COMO SER UN GRAN ESCRITOR
Tienes que follarte a muchas mujeres
bellas mujeres
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y/o los nuevos talentos.
sólo bebe más cerveza más y más cerveza.
Ve al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier gilipollas puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
quédate con la cerveza
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
coge una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa
dale duro.
haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primer embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
bebe más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay
está bien
igual